La energía geotérmica se obtiene al aprovechar el calor natural del interior de la tierra para alimentar instalaciones de calefacción, refrigeración y agua caliente en las viviendas. Debido a que es económica y amigable con el medioambiente, algunos expertos aseguran que se trata de la energía renovable del siglo XXI.
Incluso el Colegio de Geólogos en España ha pedido al gobierno impulsar este tipo de energía para usos residenciales, hospitales u oficinas. Muchos otros países de Europa ya la han implementado con resultados exitosos.
Y pese a que no es suficientemente reconocida, en los últimos años más personas han concientizado sobre sus ventajas, ya que en promedio consigue un ahorro de más del 70% del consumo. Los equipos tienen una larga vida útil y prácticamente no requieren mantenimiento porque no hay combustión, además no son ruidosos ni emiten olores.
En España no hay un registro oficial de energías renovables térmicas, sin embargo, el director de la compañía Girod Geotermia, Miguel Madero, estimaba que para octubre de 2016 existían unas 2.000, de acuerdo a un artículo publicado en "El País".
Lamentablemente el desconocimiento de la población y la presunción de que se trata de un sistema de costes altamente elevados, ha jugado en contra para que este tipo de energía renovable tenga más seguidores.
Madero expone una experiencia personal; explicando que, como dueño de un chalé que tiene bajo tierra la primera instalación geotérmica, se ahorra alrededor de 3.000 euros al año, que gastaría si usara una caldera de gas y un aire acondicionado convencional.
Según fuentes de "El País" más del 90% de los equipos de este tipo han sido instalado en viviendas unifamiliares y el resto en edificios de cooperativas. El año pasado, se inauguró la instalación geotérmica más grande de España en la cooperativa EAI 310, que prevé amortizar la instalación, con 70 captadores, en un plazo de 7 a 9 años, de acuerdo a la explicación de los arquitectos que coordinan el proyecto.
Margarita de Gregorio, directora de geotermia de la Asociación de Empresas de Energías Renovables, explicó a "El País" que el mecanismo de este sistema funciona con unos captadores enterrados que extraen calor del terreno y con una bomba de calor (situada en el interior del inmueble) que lo transmite o transporta al edificio o vivienda en invierno. Por el contrario, en verano la casa se refrigera al ceder calor al terreno a través mediante el mismo circuito de intercambio.
Los especialistas explican que, mientras más grande sea una vivienda, mayor cantidad de perforaciones habrá que realizar y de mayor profundidad en el terreno, para lo cual también es fundamental realizar un estudio previo.
Existen diferentes tipos de captación: los pozos verticales, captaciones horizontales y captaciones en aguas freáticas.
Actualmente, el sistema de captación más común es el de pozos verticales. Pese a que es más costoso, su aplicación es más práctica, ya que precisan de mucho menos espacio y al mismo tiempo tienen un mayor rendimiento, debido a que las sondas de captación entran a mayor profundidad donde la temperatura del subsuelo es más estable durante todo el año.
Para una vivienda unifamiliar con un clima sin grandes cambios, muchas veces con una o dos sondas es posible calentar una vivienda, sin necesidad de apoyo de otros sistemas de calefacción.
Los sistemas horizontales, aunque más baratos, no son tan frecuentes, debido a que son más vulnerables a los cambios exteriores de temperatura y tienen un menor rendimiento.
Mientras, las captaciones freáticas solo pueden ejecutarse en determinadas zonas con acuíferos de agua en constante renovación. A diferencia de las anteriores captaciones que son circuitos cerrados, estas son sistemas abiertos que captan el agua en un primer pozo, para liberarla más tarde en un segundo pozo aguas abajo del primero o a cierta distancia.
Invertir para el futuro:
Madero señaló en el citado reportaje que la inversión inicial para la energía geotérmica sigue representando un obstáculo para nuevos usuarios, pues el coste se asemeja al valor de instalar en la vivienda paneles solares, caldera y aire acondicionado.
“Una instalación geotérmica (sondeos, sala técnica y suelo radiante) puede estar entre 25.000 y 30.000 euros, dependiendo de muchos factores”, indica la empresa Ecoforest que comercializa con estufas de aire, de agua y canalizables.