Home staging, la diferencia
En un artículo anterior describíamos los errores que no se deben cometer al poner una casa a la venta. Uno de ellos es que muchos vendedores descuidan el aspecto de su inmueble. Solemos ilustrarlo con el siguiente ejemplo:
Cuando decides vender tu coche, no dejas en él los juguetes de los niños ni la basura de tu último viaje al McDonald's. Al contrario, vas a limpiarlo a fondo, pulir sus plásticos, llevarlo al taller y rociarlo con un perfume sutil. Es lógico: quieres que tu coche sea lo más atractivo posible para conseguir el mejor precio por él. Lo mismo ocurre con su casa.
El home staging puede definirse como todas las medidas que se toman para poner en escena un inmueble con vistas a comercializarlo y conseguir que un futuro comprador se enamore de él a primera vista. Antes de entrar en detalle sobre estas medidas, nos gustaría subrayar un punto esencial: tu inversión en home staging debe ser siempre inferior al beneficio potencial que podría reportarte.
Pero veamos los pasos a seguir y en qué orden:
Despersonalizar: En general, cuando entras en casa de alguien, notas que se parece a él. La decoración está pensada para que se sientan como en casa. Las estanterías están llenas de fotos familiares y recuerdos de viajes; hay accesorios que celebran a un equipo de fútbol; los espacios están repletos de todo tipo de objetos y muebles. Estos elementos conforman la personalidad de la vivienda, y es lo que probablemente impida a un comprador potencial imaginarse entre esas paredes. Por tanto, el primer paso es retirar todos los objetos personales de la vista, para que sólo quede lo mínimo necesario.
Despejar: El segundo paso es optimizar el uso del espacio. Una habitación abarrotada de muebles impide evaluar su volumen real. Por lo tanto, es necesario conservar sólo los muebles indispensables, para dar al futuro comprador una idea de los volúmenes y de las posibilidades de amueblamiento, dando al mismo tiempo una sensación de fluidez entre los espacios.
Refrescar: Una de las inversiones más rentables que se pueden hacer al poner en venta un inmueble es pintar las paredes y los techos. Un piso recién pintado de blanco, sea cual sea su antigüedad, da inmediatamente la impresión de haber estado bien cuidado. La inversión que supone pintar siempre se traduce en una venta más rápida y a un precio mucho más elevado. Ni que decir tiene que el trabajo debe ser realizado por un profesional, de lo contrario el efecto puede ser el contrario.
Limpiar: la limpieza es absolutamente esencial. Entrar en una casa que brilla y huele a productos de limpieza transmite una sensación de bienestar. Cuando la visitan, los compradores miran en todos los rincones. Así que todo tiene que estar impecable.
Decorar: Los elementos decorativos que utilices para el home staging tienen el mismo objetivo que el trabajo de las fases anteriores: crear una agradable sensación de bienestar sin centrar la atención. Colchas de colores claros, algunos cojines, elementos florales y toallas enrolladas son algunos de los accesorios que puedes utilizar.
Por último, para completar el cuadro, hay que trabajar en la iluminación artificial de la casa. Como no sabemos qué tiempo hará cuando vayamos de visita, es importante comprar unas cuantas bombillas LED con más de 800 lúmenes de luz cálida y colocarlas por toda la casa.
Por último, hay viviendas que se venden completamente vacías porque son nuevas o porque el vendedor ya se ha mudado. En estos casos, existen soluciones económicas en forma de muebles de cartón que pueden servir para amueblar el espacio, de modo que los futuros compradores puedan hacerse una idea de las posibilidades que ofrece la vivienda.
Para ilustrar lo efectivo que puede ser el home staging, te pondremos un ejemplo concreto de una venta que gestionamos en 2017.
Se trataba de un piso en Platja d'Aro. El vendedor era un señor mayor que ya no quería ir allí de vacaciones. El piso estaba desordenado de objetos y muebles, pero tenía algunas características interesantes: dos dormitorios dobles con armarios empotrados, un agradable salón, una gran terraza, una piscina comunitaria, aparcamiento y un trastero. Nuestra valoración inicial del inmueble fue de algo menos de 100.000 euros, dada la antigüedad del edificio y su aspecto general. El vendedor fijó el precio en 120.000 euros. Promovimos el inmueble durante dos meses, y fue visitado varias veces. Los clientes interesados, desanimados por el aspecto general del piso, dieron precios no superiores a 100.000 euros, y ninguno hizo una oferta.
Al final del periodo de prueba, propusimos al vendedor que viniera a recoger todo lo que quería conservar en su piso, nos pagara 3.000 euros y nos diera carta blanca, lo que aceptó.
Así que hicimos vaciar el piso de todo lo que no servía, quedándonos sólo con la cama, los colchones, el sofá y la nevera. Pintamos completamente las paredes y los techos de blanco, sustituimos algunas piezas oxidadas de los radiadores, limpiamos a fondo todos los rincones y abrillantamos los suelos. Por último, completamos el mobiliario con muebles de cartón, cambiamos las luminarias y añadimos algunos elementos decorativos.
Volvimos a poner la vivienda reformada en el mercado por 130.000 euros y la vendimos en dos semanas por 125.000 euros.
Gracias al Home Staging y a una inversión de 3.000 euros, ¡el vendedor obtuvo un beneficio adicional de 22.000 euros!
Si usted también desea beneficiarse de este tipo de servicio, no dude en ponerse en contacto con nosotros.