Los radiadores son aparatos que normalmente están pegados a la pared y que poseen ductos internos y que por medio de ellos nos llega el calor al hogar en épocas de frío. Cada cierto tiempo estos radiadores deben recibir un mantenimiento y por supuesto una pintura no les cae nada mal.
La época perfecta para este tipo de actividad es el verano, cuando podemos abrir las ventanas de la casa para que los radiadores sean limpiados profundamente y pintados. Puede parecer complicado limpiar los radiadores por las ranuras que tienen, pero en realidad es mucho más sencillo de lo que imaginas.
Lo primero que tienes que hacer es poner papel periódico en el piso y en la pared, para que no se ensucien. Luego procede a eliminar el polvo superficial que se encuentra en tu radiador y la mejor manera de hacer esto es con un trapo mojado en alcohol. Para los espacios más estrechos y rendijas, puedes usar una brocha también mojada en alcohol. Repite el proceso solo con agua y por último pásales un trapo seco.
Luego de limpiar, viene la parte de la pintura. La mayoría de radiadores son de color blanco, pero si tienes algún color preferido, aprovecha la ocasión para utilizarlo. Lo importante de esta pintura es que sea esmalte anticalórico, que es especial para altas temperaturas. La mejor manera de pintar los radiadores, es utilizando un spray, para así poder llegar a todos los lugares y rincones. Hazlo con cuidado para evitar pintar las paredes.
Debemos dejar secar esta pintura abriendo las ventanas y así también desaparecerá el olor que pueda quedar.
Los radiadores quedarán listos para dejar pasar el calor en la época de frío y con la renovación de la pintura también podrán sumar belleza al hogar,
Es necesario limpiar los radiadores aunque no se usen para que no acumulen polvo y así en invierno los puedas utilizar sin contratiempos. Lo ideal será limpiar por encima el polvo cada semana y una vez al mes una limpieza más profunda.